La Devastación del Patriarcado

La Carencia y la Castración del Deseo Materno, Desde la mirada de Casilda Rodrigañez

Semana Mundial del Parto Respetado 2014

Conversatorio: Cuentos de Parto

Ciclo de Cine-Foros "Por El Poder de Parir". Entrada Libre

Venezuela conmemora la Semana Mundial del Parto Respetado. Organización Auroramadre convoca debate sobre la maternidad

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El Nacimiento de Abril

Empoderada y Llena de amor

En Tándem

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domingo, 11 de octubre de 2015

Círculos Comunitarios de Apoyo al Amamantamiento

 Por la crianza en familia, la seguridad 

y la soberanía alimentaria

Por Jenny Soto

Los Círculos Comunitarios de Apoyo al Amamantamiento y la Alimentación Inicial, son los espacios que estamos impulsando desde el Instituto Nacional de Nutrición, es una creación que aun se está gestando que está intentando consolidarse y profundizarse pero no con una fórmula mágica. Es nuestra consciencia lo que orienta la realidad de los Círculos.
Una de las herramientas para el Círculo Comunitario es la extracción y conservación de leche materna. Los lactarios familiares son recursos estratégicos y económicos para hacer frente a la industria de formulas lácteas que es la opción que tienen las madres cuando ocurre alguna dificultad con el amamantamiento.

Para criar es necesario un círculo de contención alrededor de la familia. Quienes decimos esto, también hemos tenido esa necesidad y por eso trabajamos para apoyar a otras familias. Nuestra prioridad es cuidar la vida, nada debe estar por encima.

¿Cuántas madres y bebés en nuestro país están necesitando donación de leche materna?, sin embargo el país hace más esfuerzos para importar formulas lácteas que para promover, proteger y apoyar la lactancia materna, los bancos de leche humana y los lactarios. Con la leche materna ganamos salud, vínculos afectivos y ejercemos nuestra soberanía y seguridad alimentaria, mientras que con la compra de formulas lácteas se profundiza la pobreza en nuestra gente porque nos plegamos al sistema capitalista.

Recordemos que las formulas lácteas son supuestos sustitutos de la leche materna fabricada a base de compuestos químicos, leche de vaca y azúcar, que causan adicción, obesidad, alergias y una serie de enfermedades que afectan hasta la edad adulta. Por lo tanto la familia no solo gasta dinero en la fórmula, sino en consultas médicas, exámenes de laboratorio y medicamentos para entrar en el circulo vicioso alimentación artificial – enfermedad – medicamentos farmacéuticos… vale destacar que la industria de alimentos infantiles y la industria de medicamentos tienen detrás a los mismos dueños o tienen alianzas.


Con la organización de las madres, padres, familias, colectivos militantes e instituciones aliadas podemos hacer frente a la necesidad de valorar la leche humana para no depender de las formulas lácteas. La leche humana debe ser un recurso gratuito disponible para todas las madres y las crías de Venezuela. Hacemos el llamado a crear Círculos Comunitarios de Apoyo, que se multipliquen por Venezuela y el mundo.

viernes, 7 de agosto de 2015

Amamantar y criar es parte de la jornada laboral

Por Jenny Soto

El hombre y la mujer nuevos están hechos de amor, de piel y leche materna. Tienen patria y matria porque están arraigados a su madre, su primer territorio. Son soberanos y autónomos porque son libres para decidir cuándo, dónde y de que nutrirse y sus deseos afectivos son com-placidos por la madre. La conciencia de lo humano, el valor de lo natural, el amor a sí mismo y al prójimo se aprenden desde el contacto con el cuerpo materno.
Si observamos con detenimiento como nacen y de qué se nutren los seres humanos al nacer, nos daremos cuenta que se repite lo mismo en lo social, económico y político. Así como nacemos, así es el país. Si creemos en la escasez y la carencia es porque nuestros deseos básicos, de mamar y estar piel a piel no los vivimos o los vivimos poco. Si padecemos de violencia es porque nacemos con violencia y la infancia es violenta porque es desatendida, porque los adultos están muy ocupados haciendo cosas importantes y productivas, trabajando sin incluir en esa jornada laboral el espacio para amamantar y criar. El ser humano sobrevive a la aridez de la infancia, pero no vive bien. Para sanar al país hay que amamantar y sanar la forma de nacer.
Las trabajadoras y los trabajadores son reconocidos si dedican más tiempo al trabajo y la vida pública, pero quien dedica espacio para cuidar a sus crías tiene menos reconocimiento, sin embargo, ya somos un movimiento de madres revolucionarias y trabajadoras que estamos alzando la voz para que se visibilice que amamantar y criar es parte de la jornada laboral.
Si dependemos de la medicalización, de lo artificial, si no encontramos nuestras raíces y nuestras propias fortalezas, nos controlarán y nos chantajearán fácilmente con la especulación y el acaparamiento de productos industriales que en realidad no son necesarios para la vida, de hecho en tiempos pasados no existían. Del mismo modo que ingenuamente aceptamos las drogas, nos hacemos adictos y después nos controlan con eso.
No se puede seguir haciendo la revolución solo en la esfera pública, sin atender el cuidado propio y el de los seres más cercanos, nuestros hijos e hijas. Si vamos a hacer la revolución que sea con nuestros hijos amamantados, fuertes para enfrentar a cualquier imperio. ¿Hace falta seguir creando más políticas para remendar las consecuencias de la falta de cuidado en la infancia o hace falta cuidar a la familia?
Amamantar y criar es trabajar por nuestro país. Si tenemos leche materna no hay escasez, ni pobreza, ni carencia. Si tenemos madre, tenemos seguridad y soberanía. Si estuvieran más fortalecidas las políticas de apoyo a la crianza y el amamantamiento no nos chantajearían con el acaparamiento de las fórmulas lácteas. ¿Les vamos a seguir el juego? ¿Vamos a importar más fórmulas lácteas? Hugo Chávez fue claro en el Plan Patria, en el objetivo 2 propuso aumentar en un 70% la cifra de lactancia materna, en ninguna parte habla de producción o importación de fórmulas lácteas.
En Venezuela tenemos todo para poder criar a nuestros hijos de forma corresponsable. Tenemos redes de apoyo entre mujeres, entre familias, tenemos leyes, recursos y espacios. Seguimos iluminando cada vez más nuestra conciencia y seguimos retomando nuestra humanidad, a pesar de la amenaza constante de lo artificial, de las fórmulas y la medicalización, es decir de la falsa modernidad. Un llamado interno en las madres nos lleva a vivir y disfrutar de nuestros procesos de una forma natural.
Nuestro Comandante Hugo Chávez nos dejó las puertas abiertas para hacer de la revolución una práctica amorosa y afectiva. Tenemos el derecho de un postnatal para amamantar exclusivamente hasta los 6 meses y de forma complementaria hasta los 2 años. Saquemos la crianza de lo privado, que nuestros hijos inunden los espacios laborales, vamos a compartir el espacio para la crianza dentro de la jornada laboral, apropiémonos de las horas para amar y criar dentro de nuestra jornada de trabajo. Por más amor para la revolución reconozcamos y apliquemos la LOTTT y la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna que establece el permiso para amamantar hasta los 2 años.

domingo, 22 de febrero de 2015

Devolver al cuerpo materno su soberanía

Por Jenny Soto


El cuerpo de la madre es un territorio, es un continente, es la Pachamama, es el alimento físico y psíquico, es el primer lugar en el que ejercemos soberanía, pero solo lo podemos hacer a través de la conciencia, el empoderamiento y el amor. El cuerpo de las mujeres es ese lugar en el que el capitalismo y el patriarcado penetran silenciosa y profundamente. Así como lo han hecho con el despojo a los pueblos originarios de su tierra y ahora con la semilla transgénica. El sistema se incorpora en nuestro ser desfragmentando nuestro cuerpo, dividiendo nuestras emociones separándonos, desvinculándonos a través de la medicalización innecesaria y las fórmulas lácteas, biberones, chupones, coches y toda una serie de accesorios plásticos que están en lugar del cuerpo materno.
La primera violación al ser humano es separarlo de su madre al nacer, interrumpir el acoplamiento armónico, natural y placentero de sus cuerpos, frustrar la expectativa natural de nuestra especie que es seguir en el continuo que le da la vida, su hábitat natural, lo único que conoce, su soberanía. La vida no se halla siempre y exclusivamente en las manos de un médico y su artillería tecnológica, hay un saber en el cuerpo y el alma de la madre que da la vida y escapa a sus manos. Es la capacidad ancestral que se concentra en cada madre. Todas las mujeres sabemos que nuestro cuerpo es el mejor sistema para garantizar la vida de nuestro bebé, poseemos la temperatura adecuada, el alimento, las bacterias que lo protegerán de enfermedades, la mejor vacuna, etc.
Si nuestro cuerpo funciona tan bien y la ciencia está en concordancia con esto ¿por qué las mujeres no confiamos en nosotras mismas? ¿Por qué no aceptamos nuestra intuición? ¿Por qué le entregamos nuestro cuerpo al médico? ¿Por qué dejamos pasivamente que alguien desconocido llamado neonatologo se lleve a nuestras criaturas indefensas? El sistema hace que olvidemos quienes somos.
El sistema capitalista ha sabido muy bien por donde penetrar lo más profundo de nuestro ser, lo hace a través de la sustitución de nuestras afectividades por plástico, el capitalismo ha secuestrado a la madre verdadera. Por eso la masa se apega a cosas materiales, consume y consume, explota a la madre tierra, tiene hambre, tiene la sensación de no llenarse, de que necesita más y más, surge la competencia y la envidia a todo lo que si vive. En la construcción del socialismo, nuestra bandera tendría que ser la recuperación de la madre, la soberanía del cuerpo, de nuestra tierra y del alimento.
En esta sociedad del conocimiento globalizado, sobra la información científica, incluso nuestra legislación, señala a la leche materna como un alimento con múltiples beneficios para la madre, el bebé, la familia y la sociedad. Ahora más que nunca hay información, pero al mismo tiempo hay confusión. Recitarle a una madre los beneficios de la lactancia no es suficiente para convencerla de que amamante. La información racional no es algo que convenza a una madre en puerperio, en el fondo muchas mujeres sienten que han perdido algo cuando llega la maternidad, en vez de sentir que han ganado, hay algo que no saben, que no ha sido lógicamente comprendido y que tampoco ha sido nombrado. Eso que las mujeres han perdido es el vínculo con sus bebés, es la represión del deseo materno, en palabras de la investigadora antipatriarcal Casilda Rodrigañez, es el vacío, la carencia, la frustración de no vivir eso que espera la especie humana después del nacimiento, cuando tenemos el pico más alto de oxitocina, la hormona del amor, es allí cuando mamá y bebé se enamoran ¿por qué justo en ese momento se llevan la a cría? ¿por qué nos quedamos sin agresividad para defender a nuestra cría, para defender la vida? Eso que espera el ser humano al nacer es la mirada, el tacto, el reconocimiento, la voz, el latido del corazón, el olor y el sabor de la leche tibia.
Las rutinas neonatales aplicadas a los recién nacidos le han hecho mucho daño a la humanidad. Repensemos y cuestionemos ese protocolo médico. Lo urgente y necesario es el encuentro madre-bebé. Esa es la clave de nuestra revolución.
La consecuencia de esta separación pesa cuando a la madre se le dificulta amamantar y cuando se rompen los pezones, luego viene el rechazo de la teta y la falta de motivación para amamantar. Recuperar el vínculo y la magia cuesta, pero es posible, en esa labor participamos las doulas, facilitadoras de nacimiento y consejeras de lactancia, dándole contención y amor a la madre para que se encuentre con su bebé, retomando el contacto piel a piel y protegiendo la producción de oxitocina. Lamentablemente las corporaciones de fórmulas lácteas y artículos para bebés han abarcado más espacios, tienen publicidad, médicos y pediatras a su favor. Para una madre que no está contenida y que le duele la lactancia es mucho más fácil ceder al uso del biberón.
El cuerpo de la madre es el primer escenario para hacer valer la soberanía, para combatir el capitalismo y el patriarcado, después de ganar este espacio lograr la utopía será mucho más sencillo. Los valores humanos, el amor, la equidad, la solidaridad serán cuestiones incorporadas naturalmente en nuestro ser, no será necesario desgastarnos en disciplinas rígidas para enseñar las buenas conductas, para el ser humano será importante cuidar la vida, su entorno, el ambiente. El ecosocialismo sería una forma de vida naturalmente asumida.

¡Hagamos del nacimiento respetado la bandera de nuestra política socialista y revolucionaria!