sábado, 12 de noviembre de 2011

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Les presentamos la historia que nos escribe Jennifer, madre de Gustavo Enrique:


En realidad debo decir la historia de Gustavo Enrique, mi hijo, el protagonista y luchador desde que era óvulo y espermatozoide… Tuvo que conseguir un huequito en donde fijarse en mi útero con 40 cicatrices debidas a los 40 miomas que me extrajeron hace 3 años.

Habíamos hecho el curso pre-natal con Trina Patiño, en el CMD de La Trinidad, y llegamos al día de la cesárea con tres consignas: APEGO PRECOZ, LACTANCIA EXCLUSIVA Y A LIBRE DEMANDA !! Al nacer mi hijo, prácticamente mi esposo tuvo que violar el control de acceso del retén de niños del Hospital de Clínicas Caracas para que nos dieran a nuestro hijo y así realizar un apego precoz. Pretendían dejarlo 2 horas recibiendo el calor de una máquina cuando en la habitación le esperaba el calor de nuestros brazos y la seguridad de mi seno…

El se pegó a mis téticas como un campeón, con vivacidad… se quedaba dormidito en mi pecho y nunca se lo llevaron de nuevo al retén, solo para bañarlo y que lo viera el pediatra… Mi esposo escoltaba a Gustavo Enrique hasta la puerta del retén y a los 20 minutos empezaba a decirle a las enfermeras que nos lo trajeran, queríamos que estuviese allí lo menos posible.

Al segundo día, y todavía adolorida con la cesárea, empezó el drama… enfermeras pasaban y me pellizcaban el pezón y me decían que no tenia leche, que había que darle fórmula. Ese día antes de que se lo llevaran le dije a la enfermera que antes de que le dieran fórmula le hicieran una prueba de glicemia… se la hicieron y salió bien, y no le dieron el tetero, gracias a Dios. Yo lo único que sabía y sentía era que mi bebé se pegaba de mis téticas y luego se quedaba dormido, sereno, tranquilo. Llegó otra enfermera brava conmigo porque “puyé” a mi bebé para realizarle una prueba de glicemia, y ella nunca entendió que para mi y mi bebé valía mucho más el trabajo que comenzábamos a hacer y que se podía venir abajo con un simple tetero en ese momento tan crucial… Sólo una consejera de lactancia, llamada Beatriz, me dio el incentivo a seguir amamantando a mi bebé exclusivamente con mi leche.

A la llegada a la casa, comenzó el otro drama, pero con la familia… preguntas cómo: ¿Ya te vistes la leche?, ¿ves cuando el bebé traga? O comentarios como: “A mí no me salió leche y tuve que darle fórmula, y mira como crecieron sanos y fuertes!” o “El pediatra me dijo que mi leche no hacia engordar a mis hijos y tuve que darle fórmula” comenzaron a danzar por la casa, también danzaban comentarios que nos tranquilizaban, como estos: “si el bebé está tranquilo y duerme luego de que se pega, todo está bien” “Quédate tranquila que no ves la leche porque él se la está tomando toda!!”… A pesar de mi fortaleza y el apoyo que me brindaba mi esposo y una parte de la familia, a los 9 días de nacido le pedí a mi esposo con lágrimas en los ojos que me llevara a Leche y Miel. Al esperar un buen rato, nos atiende la Dra. Antonieta y luego de hacer las preguntas de rigor se paró frente a mí, con Gustavo Papá detrás de ella, y me agarró el seno desde la base (nunca lo habían hecho de esa forma en la clínica) y el demonio, pero paralelamente a Dios cuando hasta chorritos de leche me salían ¡! Lloraba de felicidad y dolor, al mismo tiempo.

Pasaron varias semanas, y seguíamos sólo con leche de mis senos, parte de la familia volviéndonos locos ahora con el tema del peso… Gustavo Enrique bajó el primer mes un 10% de su peso, que es normal la primera semana, y le estaba costando agarrar peso las otras semanas… Soy madre primeriza y “estamos haciendo el seno” para que haya la producción de leche que el bebé necesita. A los 2 meses, luego de una discusión muy fuerte con esta parte de la familia, donde hasta se nos dijo criminales porque estábamos mal nutriendo a nuestro hijo, volví con la Dra Antonieta y volvimos a pesar a Gustavo Enrique. El estaba estaba agarrando peso pero muy de a poquito, y estaba por debajo de las curvas normales de peso, mas no de talla.

A mi hace 1 año me realizaron una mamoplastia + maxtopecsia (reubicación del pezón). Tengo 40 años y mi alma gemela la consegui hace casi 2 años, y con el tema de los miomas nunca pensé que iba a tener este milagro que hoy tengo en brazos… así que sin pensarlo me hice esta operación que al parecer es la causa de que mi hijo le cueste mucho sacar la leche de mis senos y por eso no agarra peso. La doctora me enseño técnicas para que Gustavo Enrique pueda llegar a las “cisternas” y así extraer leche más fácil. Paralelamente  tengo que complementarlo con más leche para que suba a su peso, tenga la oro-faringe más grande y así pueda extraerme mejor mi leche. Es por esto que estamos haciendo este llamado para que las mamis que tengan lechita que les sobre le puedan dar un poco a Gustavo Enrique. Sería muy fácil darle un tetero de fórmula, mucho más que buscar unas onzas aquí y otras por allá… pero por la salud de nuestro hijo, por tratar de seguir dándole lo mejor, que es su salud tanto física como emocional, vamos a la Conchinchina y hacemos todo lo que sea necesario para que siga siendo un bebé feliz y sano. No hay excusas !!, ni pretextos con la lactancia materna… estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance antes de darle fórmula…

Hoy por hoy a través de esta historia Gustavo Enrique tiene mamis de leche que se extraen diariamente para que podamos seguir en la labor que nos hemos puesto como familia. Ya llegó al percentil 10 y está con sus 3 meses en 5,540 Kg. Las mamis de leche:  Francia Medina, Rossie Cedeño, Gaby Benitez, Zuleima, Ale y otras mamis están comprometidas de corazón en darnos leche para nuestro bebé, que ya es de todas ellas también. Hoy entiendo la frase de cuando se tienen un hijo, se tienen todos los del mundo… Estamos por la meta de que podamos darle lactancia materna a Gustavo enrique hasta los 6 meses, que es cuando su sistema  digestivo está más maduro y pueda aceptar otros alimentos. Gracias a todas y todos los consejeros de lactancia, madres, esposos e instituciones que se han unido para colaborar y celebrar nuestros ideales.

Gustavo mi esposo, quiso agregar a este relato, lo siguiente: - “Ahora entiendo que: el acto de amantar, crea un vínculo entre mi esposa y Gustavo Enrique. Mejorando su desarrollo y autoestima, también entendí que la leche materna es rica en defensas que lo protegen de infecciones respiratorias y gastrointestinales. Además creo sin duda que es el mejor alimento, el más limpio y más nutritivo, al que todos los niños y niñas de Venezuela tienen derecho. Y que ni “Yo” ni nadie tiene el derecho a negárselo o recurrir de una manera arbitraria a la fórmula infantil. Porque, HEMOS ENTENDIDO QUE LA SALUD DE NUESTRO HIJO DEPENDE NO SOLO DE SU SALUD FÍSICA… Su salud es integral: es física, mental, espiritual y emocional…  Y la Leche Materna con todo lo que conlleva la proporciona. Comprendimos que todo lo que hemos hecho está en la dirección adecuada cuando día a día, buscamos esa gota de leche que no solo lo alimenta; sino que nutre su derecho ha ser alimentado. Al final de cuentas creo que tal vez la lactancia no sea la mejor opción para todas las madres, pero sí que lo es para todos los bebés”.


Vivimos en la ciudad de Caracas-Venezuela, me pueden llamar al 0412-235.67.40
Agradecidos por toda la lechita que nos puedan dar: Jennifer, Gustavo y Gustavo Enrique. 

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