martes, 13 de agosto de 2013

Consumo es la última cosa que l@s niñ@s necesitan aprender

Texto de Susan Linn*

La ciencia moderna nos ha demostrado lo que l@s niñ@s necesitan para un buen desarrollo: abrigo, alimento y la presencia de adultos que se preocupen por ell@s. Necesitan usar todos los sentidos para explorar el mundo a través de juegos activos y creativos, en solitario  y también con otros niñ@s. Necesitan tiempo junto a la naturaleza.

Sin embargo, tienen una cosa que no necesitan: el asedio de la publicidad. El comercio que busca solo el lucro no es la  única amenaza para el bienestar de l@s niñ@s que son vistos como consumidoras dificultando su crecimiento y desarrollo. La obesidad infantil, la sexualización y la violencia entre l@s jóvenes son problemas ligados a la publicidad y al marketing. Así como el materialismo excesivo y el distanciamiento de juegos creativos tan esenciales para el aprendizaje. Sin embargo, hoy permitimos que los anuncios publicitarios tengan acceso ilimitado a nuestros hij@s.

L@s niñ@s tienen el don de ver alegría y significado en cosas que no pueden ser compradas como la amistad, la creatividad, el amor y la naturaleza.

El asedio de la publicidad infantil viene creciendo desde la década de 1980, cuando las empresas consiguieron hacer valer sus intereses, flexibilizando la regulación de los espacios de TV dedicados a l@s niñ@s, limitando mucho el poder de gobierno para regular la publicidad infantil en los EUA. Hoy, las empresas gastan billones en publicidad infantil y contratan psicólogos especializados con el objetivo de profundizar en técnicas utilizadas en los anuncios y explorar las vulnerabilidades de estos seres en desarrollo. Además de eso, las nuevas tecnologías son tan  sofisticadas e invasivas que incluso pueden ser adaptadas para atender intereses y deseos individuales. La publicidad se hace omnipresente en la vida de muchos niños y niñas.

Investigaciones comprueban que es falso el argumento de que la publicidad que tiene público infantil como objetivo ayuda a que los niñ@s sean consumidores más críticos. La verdad es que tal exposición les estimula valores materialistas y el resultado de eso es el consumo excesivo. L@s niñ@s aun no tienen desarrolladas las capacidades cognitivas necesarias para juzgar los anuncios publicitarios con madurez y eso los torna más vulnerables que los adultos a la publicidad, que ya son bastantes vulnerables a ella.

L@s niñ@s  necesitan aprender a gerenciar el consumo, no a ser consumidor@s. Eso se aprende mejor a través de las oportunidades de ver alegría y significado en cosas que no pueden ser compradas como la amistad, la creatividad, el amor y la naturaleza. L@s niñ@s necesitan de tiempo en espacios sin publicidad para que puedan desarrollar recursos internos esenciales para diferenciar la demanda publicitaria de la realidad – el raciocinio crítico, una vida interior más rica y un autoconocimiento sin ninguna relación con cosas que puedan ser compradas.

Extraímos este texto del la página Web Infancia Livre de Consumismo
Traducción al español: Jenny Soto


*Susan Linn es, entre otras cosas, psicóloga infantil y directora del movimiento Campaign for a Comercial-Free Childhood (CCFC) y es autora de los libros: Niños de consumo – la infancia robada y En defensa de hacer cuenta -  preservar el juego en un mundo dominado por la tecnología.

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